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Un profesor le preguntó a un niño de siete años qué tengo que saber para educarte. La respuesta fue de una lógica aplastante: “Más que yo”. Para educar tenemos que saber más, pero ¿más de qué, de matemáticas, de ciencias...? Esos conocimientos los necesitas para formar. Para educar tienes que saber más pedagogía. Sin embargo, a menos que hayamos cursado estudios específicos, nadie nos enseña esto. Educamos igual que nos educaron, o modificando algunos aspectos. Este libro muestra las teorías más relevantes de las ciencias de la educación de una forma amena, a través de anécdotas, ejemplos y reflexiones fruto del trabajo diario en la escuela. 

Se trata de un relato en primera persona, en el que el protagonista es un maestro de educación primaria que se dirige al lector en un tono cercano (alejado de los tecnicismos propios de la jerga académica), mostrándole la escuela tal y como es: lo que sucede en clase, cómo interviene el profesorado y qué argumentos tiene. 

Cada capítulo arranca con una experiencia vital, a partir de la cual se generan pequeñas píldoras de conocimiento pedagógico. Muy alejado de la mera abstracción teórica, propone estrategias diferentes a las habituales para usar en casa o en clase. Son ideas CREATIVAS, generadas y contrastadas en la escuela... Pensadas para una educación ACTIVA, para ponerlas en práctica. De ahí el juego de palabras que titula este libro. 

Tienes una invitación en toda regla a que pases, veas y participes ¡Descubre la acción educativa desde una perspectiva optimista!

 

Copyright © 2015 -- Enrique Sánchez Rivas -- Ediciones Aljibe